Un paseo por el andén en Carlos Keen nos revela el protagonismo del ferrocarril en el siglo pasado. El edificio de la estación, el galpón y las casonas que fueron los almacenes de ramos generales evidencian la importante de la actividad agrícola desarrollada en la zona. Cobijados por el trato deferente de los vecinos se descubre el folclore gastronómico y musical. Y enmarcando el entorno, nos transporta al pasado un paisano que pasa a caballo con recado, lazo y boleadoras. El ritmo apacible del lugar invita a detenerse, a contemplar sin prisa y a reencontrarse con lo simple. Cada rincón parece contar una historia que aun perdura en la memoria colectiva del pueblo.